Las razones
Pasado industrial de Bizkaia
Es difícil concebir la reciente historia de Bilbao y su provincia sin las minas de hierro. Esas minas no hubiesen podido explotarse con rentabilidad sin un medio de transporte capaz. Y ese medio fue el ferrocarril.
Gracias a él se pudieron extraer millones de toneladas destinadas a la exportación y a los Altos Hornos. Rentabilizar la riqueza minera fue el pistoletazo de salida de la prosperidad que atrajo a la comarca industrias y obreros que demandaban medios de transporte.
Esa demanda propició la construcción de una densa red de ferrocarriles, tanto mineros ( hoy en día desaparecidos ), como de uso público.
A pesar de ese bagaje no existe en la provincia ningún museo ferroviario, y los relacionados con la industria en general se limitan a 5: Museo Marítimo de Bilbao, Museo Minería de Gallarta, Rialia de Portugalete, de la boina de Balmaseda, museo del mar de Santurtzi y la ferrería de El Poval de Muskiz.
El Museo de la Técnica proyectado en Lutxana, no llego a ver la luz, y en Bilbao concretamente, apenas quedan vestigios visibles de su pasado minero e industrial más allá de dos chimeneas y un horno de calcinación.
El patrimonio de la asociación
La Asociación de Amigos del Ferrocarril de Bilbao, fundada en 1958, fue una de las pioneras en constituirse y aglutinar a los aficionados al tren en la península. Cuando la era del vapor iniciaba su declive, fuimos conscientes de la necesidad de preservan ese patrimonio industrial que empezaba a desaparecer.
Así, con apenas 10 años se convierten en la primera asociación en preservar un tren completo de vapor en estado de marcha. Ese tren de vía estrecha procedente del ferrocarril Vasco Navarro, es hoy día una joya ferroviaria que suma mas de 630 años entre su locomotora, coche salón,1ª, 3ª y furgón !!!
Esta experiencia animo a continuar en la preservación de más material, y plantearse la necesidad de un museo ferroviario a principios de los 70, pero la situación social y económica no era la mas favorable.
A mediados de los 90, cuando las instalaciones ferroviarias de Feve y Renfe en La Casilla y Amezola desaparecen y su trazado ferroviario es soterrado, se trabaja en la creación de un museo en la zona, pero lo complicado de la solución urbanística planteada y no poder aprovecharse las instalaciones originales hace que de nuevo no sea posible ese museo.
A pesar de esto el ayuntamiento de Bilbao con la unanimidad de todos los partidos políticos, acuerdan el 12 de Febrero de 1996 se estudie la creación de un Museo del Ferrocarril.
Es deseo de la Asociación que ese patrimonio preservado a lo largo de todos estos años sea puesto en valor mediante su exhibición y funcionamiento.
Poner en servicio el material eléctrico y tranviario del museo
La AAFB continua buscando localizaciones para que el material motor eléctrico y tranviario pueda ser utilizado, nuestro principal objetivo es poder disponer de un lugar acotado donde poder realizar exhibiciones del material móvil del que cuenta la AAFB.
De esta manera, podría volver a circular tanto el tranvía U-52 como las locomotoras Brown Boveri o Asea de FF CC Vascongados.
Mayor consumo cultural e interés por el patrimonio industrial
Una de las conclusiones del informe del Consejo Vasco de Cultura de 2003, era que el País Vasco paradójicamente no estaba a la cabeza en museos de temática industrial. Lamentablemente esta situación no ha variado.
En noviembre del año pasado, se presentó la denominada “ Red de recursos de turismo industrial de Euskadi “, red de origen europeo cuyo objetivo es dar a conocer la riqueza cultural de lugares con una fuerte herencia industrial.
Esta iniciativa nace al amparo de la I Semana Internacional del Turismo Industrial en Euskadi, Industrialdia, cuyo acto inaugural tuvo lugar en la Escuela Náutica de Portugalete. La primera jornada contó con la presencia de la ministra de Industria, Comercio y Turismo, que destacó que «Euskadi dispone de un conjunto relevante de recursos patrimoniales industriales que hay que poner en valor desde el punto de vista turístico»
En el caso del museo propuesto, además de ese aumento por el interés del pasado industrial se une la posibilidad de poder utilizar los elementos expuestos y viajar en ellos, convirtiéndose en un museo vivo.